LA ÚLTIMA MILLA: UNA PERSPECTIVA LOGÍSTICA DEL E-COMMERCE
Con la COVID-19, los comercios han acelerado la venta on-line y las entregas a domicilio. Para dar respuesta de manera inmediata a las nuevas necesidades de entrega al cliente, los propios comercios y restaurantes e incluso pequeños productores han empezado a hacer entregas "última milla" con sus propios medios. Las entregas a domicilio tienen ciertas problemáticas asociadas que en tiempos de confinamiento pasan desapercibidas:
- Más tiempo dedicado a la entrega: las entregas a domicilios particulares en tiempos de la COVID-19 no llevan la problemática asociada de no encontrar la persona, que en una situación normal no siempre se encuentra en el domicilio. La falta de sistemas de trazabilidad, dado que son los propios comerciantes los que entregan los pedidos, hace que difícilmente se hagan llamadas para avisar.
- En las zonas urbanas nos podemos encontrar con dificultades de entrega por falta de aparcamiento, atascos a ciertas horas ...
- Los costes asociados a este tipo de entregas a domicilio son muy elevados. Hay que tener presente si la compra cubre el tiempo de entrega. Muchas veces se prioriza la necesidad de vender a la rentabilidad de la entrega. Por eso es importante o bien el pago del transporte o bien un pedido mínimo que garantice que con el margen de ésta absorbe el coste. Por otro lado, si añadimos que en muchas ocasiones la entrega no se realiza en el primer intento, nos encontramos aún con un impacto más importante en los costes logísticos ya que el producto debe volver al almacén o implicará más gestión (llamar al teléfono, pactar otra entrega ...). La distribución de última milla, especialmente en el caso B2C, se encarece con la gestión y el coste de las devoluciones, y este coste, para muchas empresas, es un gran desconocido.
Es por ello que hay que diseñar rutas de reparto para cada día. Para hacer esto existen softwares, pero seguramente no están al alcance de un pequeño comercio. Es importante aglutinar pedidos, pensar en una logística integral según los tipos de producto. No es lo mismo integrar pedidos para el sector alimentación, donde no se puede romper la cadena de frío y habrá transporte frigorífico, que hacerlo para ropa deportiva o zapatos. El pequeño comercio debe crear sinergias trabajando conjuntamente para poder tener volumen y poder invertir en una logística conjunta y profesionalizada.
Imaginemos cuatro tiendas de alimentación que hacen sus entregas de manera individual tres días a la semana. Estamos hablando de cuatro vehículos, que seguramente no van llenos y que tampoco optimizan rutas de manera conjunta. En tiempos COVID-19 no nos encontraremos con atascos, ni problemas de aparcamiento y seguramente encontraremos el cliente en casa. Pero en una situación normalizada, esta opción no es sostenible. La logística colaborativa en todos los ámbitos y entornos es necesaria en beneficio de las empresas, y por encima de todo, de los propios consumidores o clientes finales.
He aquí nuestras recomendaciones a título de resumen:
- Primero, aglutinar pedidos en un punto de entrega o bien un punto logístico que permita optimizar las rutas de reparto para más de un comercio.
- Utilizar vehículos pequeños, ligeros y sostenibles. Bicicletas eléctricas, bicicletas con remolque, coches eléctricos. Hay que velar por la minimización del impacto ambiental.
- Utilizar taquillas o puntos de entrega como "click and collect".
- Uso de aplicaciones de optimización de rutas para poder trazar las mejores rutas, para informar de manera automática al cliente del día y hora de la entrega de su paquete, anticiparnos a las condiciones del tráfico y meteorológicas, permitir la trazabilidad o utilizar dispositivos que permitan la firma del cliente.
En Nordlogway disponemos del conocimiento de la logística integral y asesoramos a nuestros clientes en diversos ámbitos relacionados con la cadena de suministro.